La Policía Nacional, a través de la Seccional de Carabineros y Protección Ambiental del Departamento de Policía del Magdalena Medio, logró un contundente golpe contra la minería ilegal de oro en la región. Según informó el coronel Héctor Jairo López, comandante de la institución, se intervinieron cuatro unidades de producción ilegal que generaban rentas criminales por un valor aproximado de 1.000 millones de pesos mensuales.

Durante los operativos, llevados a cabo en el municipio de Puerto Nare, fueron inutilizados cinco dragas, ocho motores, diez motobombas y tres retroexcavadoras, maquinaria utilizada para la extracción ilícita del preciado metal. Estas acciones representan un duro revés para los grupos al margen de la ley que se beneficiaban económicamente de esta actividad ilegal.

El coronel López resaltó el trabajo conjunto con la Fiscalía General de la Nación para contrarrestar la minería ilícita y proteger los recursos naturales del país. Además, hizo hincapié en el uso indiscriminado de sustancias altamente contaminantes, como el mercurio, en el proceso de extracción ilegal de oro, lo que tiene un impacto devastador en los afluentes, la flora y la fauna silvestre de las zonas afectadas.

La minería ilegal no solo representa un problema ambiental, sino también una fuente de financiación para grupos criminales que operan en la región del Magdalena Medio. Por ello, la intervención de estas cuatro minas y la incautación de la maquinaria utilizada constituyen un importante avance en la lucha contra este flagelo.

Las autoridades continúan trabajando para identificar y desarticular las redes criminales detrás de la minería ilegal, así como para promover la explotación responsable y sostenible de los recursos naturales. La Policía Nacional hace un llamado a la ciudadanía para denunciar cualquier actividad sospechosa relacionada con la minería ilícita, contribuyendo así a la protección del medio ambiente y al debilitamiento de las estructuras criminales.

Un trágico suceso conmocionó a la comunidad en la carrera 28, frente a las instalaciones de la Policlínica, cuando un hombre identificado como Daniel Jiménez perdió la vida repentinamente mientras se transportaba como parrillero en una motocicleta conducida por un familiar. Al parecer, Jiménez sufrió un infarto fulminante que le causó la muerte instantánea.

Según testigos presenciales, entre ellos taxistas que se encontraban en la zona esperando pasajeros, el incidente ocurrió en horas de la mañana de este miércoles. Relataron cómo Jiménez primero dejó caer una caja que llevaba consigo y luego, cuando el conductor de la motocicleta intentaba hacer un sobrepaso, se desplomó sin vida.

Uno de los taxistas expresó su asombro ante la escena, mencionando que nunca esperaron presenciar algo así. Estimó que la víctima podría tener entre 55 y 60 años de edad. A pesar de la rápida respuesta de los paramédicos, quienes llegaron al lugar en aproximadamente tres minutos, no fue posible hacer nada por salvar la vida de Jiménez debido a la naturaleza fulminante del infarto.

Poco después, unidades de la Policía Nacional arribaron a la escena para coordinar la zona y atender el caso. Familiares del hombre fallecido también se hicieron presentes, lamentando profundamente lo sucedido y manifestando que la muerte había sorprendido a toda la familia.

Unidades de la Seccional de Investigación Criminal (SIJIN) del Departamento de Policía del Magdalena Medio realizaron la respectiva revisión técnica y el levantamiento del cadáver para los procedimientos legales correspondientes.

Este triste acontecimiento recuerda la importancia de cuidar la salud cardiovascular y estar atentos a posibles síntomas de alerta. La comunidad se solidariza con la familia de Daniel Jiménez en este difícil momento de pérdida inesperada.

La violencia vuelve a sacudir a Bucaramanga con el brutal asesinato de Juan Carlos Casanova Ochoa, un reconocido prestamista y comerciante de la ciudad, quien fue atacado a tiros por dos individuos en moto mientras realizaba labores de reparación en su establecimiento ‘Repuestos Cassanova’, ubicado en el barrio Girardot.

El trágico suceso ocurrió alrededor de las 8:25 a.m. del martes 23 de abril, en la calle 26 con carrera 11. Según testigos, los sicarios abrieron fuego contra Casanova sin mediar palabra, propinándole al menos seis disparos antes de huir del lugar. A pesar de los esfuerzos médicos, la víctima falleció horas después en la Clínica Chicamocha debido a las múltiples heridas de bala que presentaba en diferentes partes del cuerpo.

Las autoridades se encuentran investigando los posibles móviles detrás de este violento crimen, barajando hipótesis como un ajuste de cuentas o extorsión. El CTI de la Fiscalía y la Sijin están a cargo del caso, recabando pruebas y testimonios para esclarecer los hechos.

Juan Carlos Casanova, de 46 años y residente del barrio Cabecera del Llano, era conocido en la comunidad por su actividad como prestamista, ofreciendo dinero únicamente a personas de confianza. Además, era propietario del local ‘Repuestos Cassanova’, donde ocurrió el ataque.

Su muerte ha generado conmoción y temor entre los bumangueses, quienes exigen justicia y medidas contundentes por parte de las autoridades para fortalecer la seguridad en las calles de la ciudad. La Policía Metropolitana de Bucaramanga continúa con las investigaciones para dar con los responsables de este crimen que enluta a la capital santandereana.

Mientras tanto, el cuerpo de Casanova será trasladado por unidades del Cuerpo Técnico de Investigación al departamento de Medicina Legal para realizar los procedimientos correspondientes.

Este nuevo episodio de violencia pone de manifiesto la necesidad de redoblar esfuerzos para garantizar la seguridad ciudadana y prevenir la acción de grupos delincuenciales que atentan contra la vida y la tranquilidad de la población.